CANTOS A DIOS Y A MARÍA
La adoración de los pastores, pintura de Rubens
EL SEÑOR HIZO EN MI MARAVILLAS:
¡GLORIA AL SEÑOR!
Mi alma canta la grandeza del Señor,
mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador.
Porque miró con bondad mi pequeñez,
me proclamarán feliz todos los hombres.
El Señor hizo en mí grandes cosas,
su nombre es santo.
Su amor permanece para siempre
en aquellos que le aman.
Desplegó la fuerza de su brazo,
y dispersó a los soberbios.
Derribó a los poderosos de su trono,
y elevó a los humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos,
y despidió a los ricos con las manos vacías.
Socorrió a su pueblo, Israel,
por su gran misericordia.
Como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abraham y de sus hijos para siempre.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu,
ahora y por los siglos de los siglos. Amén.
REFLEXIÓN
A través de este canto, que elevó María a Dios, quiero elevar mi gratitud a ese mismo Dios, que se encarnó por nosotros en Jesús.
El obra maravillas en mi.
Obra maravillas en ti.
Su amor es sin medida.
Su entrega es total y completa.
Todo Él se entrega a ti.
Todo Él se entrega a mi.
Así como lo hizo en María, lo hace HOY en cada uno de nosotros, y para cada uno de nosotros.
María le abrió las puertas de su corazón.
Y Él entró.
No espero, no se hizo aguardar. Entró y encontró un jardín que podía florecer.
Lo hizo florecer.
Así como en María, también en ti lo puede hacer.
La pobreza no es sólo la de lo material, económico, sino, la más grande, la espiritual.
Pobreza espiritual es cuando reconocemos que sin Él nada podemos.
Y en nuestra pobreza, el se aloja, se instala, nos eleva, nos colma.
La riqueza, le impide hacer nacimiento; no encuentra un pesebre que le de cobijo para encarnar.
Ricos somos los que nos creemos que todo sabemos, llenos estamos de demasiado conocimiento humano, faltos en realidad del conocimiento del Amor INFINITO Y SIN MEDIDAS DE DIOS PADRE Y DE CRISTO.
En la soberbia de creer que con nuestras manos y mente hacemos que el mundo gire y se resuelva según lo que necesitamos, excluimos la capacidad infinita de MISERICORDIA DEL PADRE Y DEL HIJO, y EL ESPÍRITU SANTO no puede obrar.
Decimos nosotros podemos, de ti nada necesitamos.
A Dios no pedimos, a Dios negamos.
Y los que le amamos, también no le escuchamos.
Él nos dice: hazte viña como María,
Y Jesús nacerá en ti.
Hazte esclava de mi amor como María,
y Jesús por ti se repartirá.
Nuevo Año que comienza, y un año que se va.
El año que nos deja, muchas cosas nos dejó. En muchos también dolores, en otros felicidad compartida.
Pero muchas cosas buenas también todos vivimos.
Sólo debemos aprender a mirar con los ojos de María.
Encontraremos los brazos abiertos de Cristo y en Él al Padre que tanto nos ama.
Miremos con los ojos de María, miremos con los ojos del pastor como miran embelesados a Jesús recién nacido.
Dios si le haces nido, te va a levantar.
Y hará en ti y en mi maravillas.
María somos también nosotros, ella nos guía. Ella nos enseña y señala el camino.
Mira a Jesús nacido de su vientre.
Contempla las maravillas que Dios ha hecho en su vida.
Miremos a nuestro alrededor todos los actos de salvación, de generosidad que muchos hacen por nosotros.
Miremos la luz del día, y la lluvia que se derrama para fertilizar la tierra.
Aprendamos a mirar con los ojos de María.
El mundo es un Reino para ti, si dejas que Dios entre y te conduzca.
El mundo puede cambiar, si cambio yo y si cambias tu.
Aprendiendo a mirar las maravillas de Dios con los ojos de María.
El horror del mundo, la soledad, la pobreza, el engaño, la traición, las guerras, la violencia, irán desapareciendo si aprendemos a mirar y obrar como María.
Hacer nido en nuestra alma, para que Dios Padre engendré al Hijo.
Jesús es el Camino, Jesús es la Verdad, Jesús es la Vida.
María aprendió a ver las maravillas.
Y también Lázaro resucitó. Sacó de sí todo lo que estaba muerto y en el pasado lo dejo.
Puso su vida en manos del QUE VIDA DA y de su muerte salió.
Nosotros también somos Lázaros que vamos por la vida, arrastrando dolores y frustraciones.
Miremos como María las maravillas que Dios en ella hizo,
dejemos como Lázaro nuestras pequeñas y grandes muertes atrás.
Entreguemos este nuevo Año que recién nace en sus MANOS que siempre DAN.
Y si como Magdalena hemos sido, DIOS NOS DICE: EL PERDÓN ESTÁ.
Puedes cambiar tu vida, PORQUE YO TE LA VOY A DAR.
MI FUERZA Y MI AMOR TE ENTREGO, en EL ESPÍRITU SANTO.
Nacerás de nuevo.
Todo será nuevo.
Todo puedes volver a comenzar.
Levántate, recoge tus muletas y anda.
Señor, enséñame a mirar con los ojos de María.