lunes, 12 de diciembre de 2011

JUDAS ISCARIOTE, Y SAN MATÍAS APÓSTOL


JUDAS ISCARIOTE Y MATÍAS

                                    
                                     El beso de Judas                                                               Matías el Apóstol

JUDAS ISCARIOTE
...El significado del apelativo << Iscariote>> es controvertido: la explicación más admitida lo entiende como "hombre de Qeriyyot", en referencia a su pueblo de origen, situado cerca de Hebrón y mencionado dos veces en la Sagrada Escritura. Otros lo interpretan como una variante del término "sicario", en referencia al guerrillero armado de puñal, llamado en latín sica. Por último, hay quien ve en su apodo la simple transcripción de una raíz hebreo-aramea que significa: "aquel que iba a entregarle". Esta mención se encuentra dos veces en el cuarto Evangelio, después de la confesión de fe de Pedro y, más adelante, durante la unción de Betania. Otros pasajes muestran que la traición estaba en curso, con las palabras: <<el que le entregaba>>, como durante la Última Cena, tras el anuncio de la traición y, luego, durante la detención de Jesús.

Sin embargo, las listas de los Doce recuerdan el hecho de la traición como ya realizado: << Judas Iscariote, el que le entregó>>, así dice Marcos; Mateo y Lucas usan fórmulas equivalentes. La traición como tal sucedió en dos momentos: primero en su fase de concepción, cuando Judas se pone de acuerdo con los enemigos de Jesús por treinta monedas de plata, y después, en su ejecución, con el beso que le dio al Maestro en Getsemaní. En cualquier caso, los evangelistas insisten en su cualidad de apóstol, que a Judas le correspondía a todos los efectos: es denominado una y otra vez como <<uno de los Doce>>. Es más, por dos veces Jesús, al dirigirse a los apóstoles y referirse a él, le señala como <<uno de vosotros>>. Y Pedro dirá de Judas que <<se contaba entre nosotros y le tocó su parte de este ministerio>>

Se trata, por tanto, de una figura perteneciente al grupo de aquellos a los que Jesús había elegido como compañeros y colaboradores cercanos. 

Esto suscita dos preguntas para intentar dar una explicación a los hechos acontecidos. La primera consiste en preguntarnos cómo es posible que Jesús eligiera a este hombre y confiara en él. De hecho, aunque Judas es el tesorero del grupo, en realidad también es calificado como <<ladrón>>. El misterio de la elección es todavía mayor, pues Jesús pronuncia un juicio severo sobre él: <<¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado!. El misterio se engrandece más aún si se piensa en su suerte eterna, al saber que Judas <<arrepentido, devolvió a los sumos sacerdotes y ancianos las treinta monedas de plata diciendo: "Pequé el entregar sangre inocente". Aunque luego se alejara para ir a colgarse, no nos corresponde a nosotros medir su gesto, pues nos pondríamos en el lugar de Dios, infinitamente misericordioso y justo.

Una segunda pregunta afecta al motivo del comportamiento de Judas: ¿por qué traicionó a Jesús? La cuestión es objeto de varias hipótesis. Algunos aluden al factor de su avidez de dinero; otros sostienen una explicación de orden mesiánico: Judas se habría sentido desilusionado al ver que Jesús no incluía en su programa la liberación político-militar de su propio país. En realidad, los textos evangélicos insisten en otro aspecto: Juan dice expresamente que <<el diablo había metido en el corazón a Judas, de Simón Iscariote, la idea de entregarlo>>; de forma análoga escribe Lucas: << Pero Satanás entró en Judas (llamado Iscariote), que era del número de los Doce>>. De este modo, se superan las motivaciones históricas y se explica los sucedido poniéndole en relación con la responsabilidad personal de Judas, quien cedió de forma mezquina a una tentación del Maligno. La traición de Judas sigue siendo, en cualquier caso, un misterio.

Jesús le consideró como un amigo pero, en sus invitaciones a seguirle por el camino de las bienaventuranzas, no forzaba su voluntad ni la protegía de las tentaciones de Satanás, respetando la libertad humana.

En efecto, las posibilidades de perversión del corazón humano son realmente muchas. El único modo de sortearlas consiste en no cultivar una visión de las cosas solo individualista, autónoma, sino en ponerse siempre del lado de Jesús, asumiendo su punto de vista. Tenemos que intentar, día a día, tener plena comunión con Él. Recordemos que también Pedro quería oponerse a Él y a lo que le esperaba en Jerusalén, y recibió por ello un reproche muy fuerte:,,¡Detrás de mi, Satanás! Porque no tienes en cuenta las cosas de Dios, sino las de los hombres>>. Pedro, después de su caída, se arrepintió y encontró perdón y gracia. También Judas se arrepintió, pero su arrepentimiento degeneró en desesperación y se transformó así en autodestrucción. Para nosotros es una invitación a tener siempre presente cuanto dice san Benito al final del fundamental capítulo V de su Regla:<< No desesperar nunca de la misericordia divina>>. En realidad, Dios, <<es más grande que nuestro corazón>>. Tengamos, por tanto, presentes dos cosas. La primera: Jesús respeta nuestra libertad. La segunda: Jesús espera nuestra disposición al arrepentimiento y a la conversión; es rico en misericordia y perdón. 

MATÍAS EL APÓSTOL
Para concluir, queremos recordar a quien después de la Pascua fue elegido en el puesto del traidor. En la Iglesia de Jerusalén fueron propuestos dos a la comunidad y luego fueron elegidos por sorteo: << José (llamado Barsabás), que tenía por sobrenombre el Justo y Matías>>. Este último fue el elegido, de modo que << fue añadido al grupo de los once apóstoles>>. No sabemos nada de él, excepto que fue testigo de toda la vida terrena de Jesús, permaneciendo fiel a Él hasta el final. A la grandeza de esa fidelidad suya se suma luego la llamada divina para tomar el puesto de Judas.

 (Audiencia general, 18 de octubre de 2006, plaza de San Pedro)

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